
Con el pasar de los años, me he dado cuenta que el honrar a nuestros padres a pesar de lo que sea,
da muy buenos frutos. Al principio de mi juventud, cuando leía por leer ese trillado pasaje en la Biblia que dice:
"Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios"
Éxodo 20:12, no significaba nada para mi,
porque veía en mis padres personas que solo tenían defectos y limitaciones
y que lo único que hacían era descargar sus frustraciones en mi;
y claro, hasta cierto punto hacerme la vida imposible con sus correcciones.
Día a día viví haciendo lo que se me antojaba, sufriendo las consecuencias
y sobreviviendo a mi manera, dejando de lado los consejos de mi madre;
hasta que un día se me ocurrió buscar en el diccionario la palabra Honrar, siendo su concepto el siguiente:
"HONRAR: tr. Respetar, enaltecer. Dar honor". (Diccionario de la Lengua Española, Everest Cumbre)
Estas palabras cavaron muy hondo en vida y decidí ver si en realidad lo que dice en Deuteronomio 5:16 era real.
"Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días,
y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.";
y para sorpresa mía, y la de todos, me di cuenta de dos cosas,
la primera es que el diccionario es una útil herramienta en las manos de Dios,
y la otra, que no hay nada mejor que honrar a nuestros padres.
No es en vano que en el libro de Levítico 19:32 dice "Delante de las canas te levantarás,
y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová." Y en el libro de Mateo 15:4 dice "Porque Dios mandó diciendo:
Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente".
Y en Mateo 19:19 dice: "Honra a tu padre y a tu madre; y,
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.
Y para terminar en el libro de Efesios 6: 1-3 dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,
porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre,
que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra".
No pretendamos que la vida nos sonría si nuestros padres viven en el abandono,
padeciendo hambre y necesidades. No pensemos en darle a Dios y a los pobres lo que es de nuestros padres.
No hagamos que las puertas de las bendiciones de Dios sean cerradas por nuestra ignorancia
y el desprecio a los que nos dieron la vida y la oportunidad de nacer.
No bendigamos a nadie sin antes bendecir a nuestros padres primero, no con lo que nos sobra, sino con lo mejor de lo mejor que el Señor nos ha dado.
Y si nuestros padres aparentemente no necesitaran, honrarlos.
Recuerda día a día, que a nuestros padres no se les da limosnas ni sobros;
se les honra con amor, respecto, comprensión y sobretodo con nuestro apoyo incondicional.
Honremos a nuestros padres, a pesar de lo que sea (justos o injustos, sabios o imprudentes,
amorosos o agresores, interesados o desinteresados,
proveedores o despreocupados, con vicios o sin vicios, afectivos o groseros,
generosos o tacaños), porque sencillamente son nuestros padres y algún día, nosotros también seremos padres....
da muy buenos frutos. Al principio de mi juventud, cuando leía por leer ese trillado pasaje en la Biblia que dice:
"Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios"
Éxodo 20:12, no significaba nada para mi,
porque veía en mis padres personas que solo tenían defectos y limitaciones
y que lo único que hacían era descargar sus frustraciones en mi;
y claro, hasta cierto punto hacerme la vida imposible con sus correcciones.
Día a día viví haciendo lo que se me antojaba, sufriendo las consecuencias
y sobreviviendo a mi manera, dejando de lado los consejos de mi madre;
hasta que un día se me ocurrió buscar en el diccionario la palabra Honrar, siendo su concepto el siguiente:
"HONRAR: tr. Respetar, enaltecer. Dar honor". (Diccionario de la Lengua Española, Everest Cumbre)
Estas palabras cavaron muy hondo en vida y decidí ver si en realidad lo que dice en Deuteronomio 5:16 era real.
"Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días,
y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.";
y para sorpresa mía, y la de todos, me di cuenta de dos cosas,
la primera es que el diccionario es una útil herramienta en las manos de Dios,
y la otra, que no hay nada mejor que honrar a nuestros padres.
No es en vano que en el libro de Levítico 19:32 dice "Delante de las canas te levantarás,
y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová." Y en el libro de Mateo 15:4 dice "Porque Dios mandó diciendo:
Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente".
Y en Mateo 19:19 dice: "Honra a tu padre y a tu madre; y,
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.
Y para terminar en el libro de Efesios 6: 1-3 dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,
porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre,
que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra".
No pretendamos que la vida nos sonría si nuestros padres viven en el abandono,
padeciendo hambre y necesidades. No pensemos en darle a Dios y a los pobres lo que es de nuestros padres.
No hagamos que las puertas de las bendiciones de Dios sean cerradas por nuestra ignorancia
y el desprecio a los que nos dieron la vida y la oportunidad de nacer.
No bendigamos a nadie sin antes bendecir a nuestros padres primero, no con lo que nos sobra, sino con lo mejor de lo mejor que el Señor nos ha dado.
Y si nuestros padres aparentemente no necesitaran, honrarlos.
Recuerda día a día, que a nuestros padres no se les da limosnas ni sobros;
se les honra con amor, respecto, comprensión y sobretodo con nuestro apoyo incondicional.
Honremos a nuestros padres, a pesar de lo que sea (justos o injustos, sabios o imprudentes,
amorosos o agresores, interesados o desinteresados,
proveedores o despreocupados, con vicios o sin vicios, afectivos o groseros,
generosos o tacaños), porque sencillamente son nuestros padres y algún día, nosotros también seremos padres....


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